Bm. Torrevieja 23 - Bm. Ciudad Real 30

En el conjunto castellano-manchego destacó la actuación de su lateral Viran Morros, máximo goleador del partido con siete tantos, mientras que en el alicantino, sobresalió su pivote Alberto Val, que a pesar de contar con pocos minutos en cuadro salinero realizó una muy buena actuación. El partido arrancó con el dominio del Ciudad Real, que tras sus dos derrotas fuera de casa -Arrate y Valladolid-, salió más concienciado en esta sexta jornada, para tratar de evitar seguir descolgándose de los primeros puestos de la Liga Asobal.
De hecho el técnico visitante Talant Dujshebaev sacó a toda su artillería pesada desde el siete inicial, lo que pronto se vio reflejado con claridad en el electrónico con las primeras ventajas del Ciudad Real (1-4, minuto 7) El portero internacional serbio del Ciudad Real, Arpad Sterbik, destacó con sus actuaciones y se convirtió en el mejor jugador de su equipo en la primera parte.

Mientras, el equipo de Manolo Laguna salió al partido sin complejos y estuvo muy serio durante muchos minutos, lo que le llevó incluso a ponerse a dos goles en el marcador superado el ecuador de esta primera parte (5-7, minuto16). Sin embargo, sus errores, sobre todo en ataque, permitieron al Ciudad Real, que vio cómo se tenía que retirar lesionado su central Uros Zorman, llegar al descanso con una renta de cinco goles (10-15).

Nada más reanudarse el partido, el equipo castellano-manchego mantuvo su buen juego, sobre todo en acciones de ataque, y demostró su superioridad con un marcador que dejaba prácticamente sentenciado el partido en el minuto 35 (12-19). Sin embargo, el Torrevieja no se rindió en ningún momento y, sostenidos por la buena actuación de su pivote Alberto Val, lograron reducir diferencias hasta los cuatro goles (16-20, m.40) pero sólo fue un espejismo.

El técnico del Ciudad Real reactivó a su equipo y volvió a contar con sus hombres de inicio e incluso con el recién llegado internacional francés Jerome Fernández, que debutó en Torrevieja y contribuyó a que su equipo no tuviera problemas para controlar el choque hasta el pitido final.