Rescatada En Torrevieja Una Tortuga Boba Marcada En Florida

El concejal de Pesca y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Torrevieja, Eduardo Gil Rebollo, informa que el pasado mes de octubre, cuando se encontraba pescando a 3 millas del Cabo Cervera (Torrevieja) José Luis Sober, patrón de la embarcación Horizonte I y socio del Real Club Náutico de Torrevieja (RCNT), encontró una tortuga boba enredada en un saco de rafia. En las inmediaciones se encontraba faenando un palangrero profesional que no socorrió a la tortuga. En ese instante se activó el protocolo de actuación de la Red de Varamientos de la Comunidad Valenciana a través del teléfono de emergencias 112.

Ya en puerto, el animal fue atendido en primera instancia por el biólogo del Ayuntamiento de Torrevieja, Juan Antonio Pujol, y posteriormente trasladado a las instalaciones del ARCA del Mar (Área de Recuperación y Conservación de Animales del Mar) del Oceanogràfic de Valencia. En estas instalaciones, uno de los veterinarios del Oceanográfico, llevó a cabo diversos reconocimientos, encontrando una importante herida en el paladar probablemente ocasionada por el anzuelo de un palangre, de la que inmediatamente comenzó a ser tratada.

Además se realizaron otras pruebas tal y como marca el protocolo en estos casos. Una de ellas consiste en pasar un lector de microchips por el dorso del animal. En España estos microchips (semejantes a los utilizados en las mascotas y que permiten identificar al animal) se coloca debajo de la piel del cuello de la tortuga. En la Comunidad Valenciana, estos chips se implantan desde hace dos años en todas las tortugas que pasan por el ARCA antes de ser liberadas, además de comprobar si las que llegan tienen un microchip insertado.

Los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente y los veterinarios del Oceanogràfic encontraron un chip en la aleta izquierda de esta tortuga, un hecho poco habitual, ya que además de ser la primera encontrada con microchip en la Comunidad Valenciana, se localizaba en un lugar del animal donde, como se ha dicho, al menos en España, no se suele colocar. Esta tortuga, también mostraba una cicatriz en una de sus aletas de una antigua marca metálica o anilla, otro tipo de marcaje más externo que se realiza de manera conjunta con la instalación de microchips para el seguimiento de estos animales.

La numeración detectada por el lector del microchip fue enviada al Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia. La sorpresa llegó a los pocos días cuando se puso en contacto el NMFS Galveston Laboratory, de Florida (Estados Unidos) aportando interesantes datos sobre el animal.

La tortuga en cuestión nació en un nido puesto en las playas de Florida en 2003 y participó en experimentos de impacto de capturas en redes de arrastre y uso de dispositivos excluidores de tortugas marinas en redes de arrastre. Cuando dichos experimentos concluyeron, la tortuga fue marcada con el microchip y liberada mar adentro, en una zona de influencia de la corriente del Golfo, frente a las costas de Fort Pierce en Florida, el 27 de junio de 2005.

Siete años después de haber nacido y cinco años y cuatro meses después de haber sido liberada, la tortuga fue recuperada en las costas de Torrevieja. En la actualidad se recupera favorablemente en las instalaciones del ARCA del Mar.

Este hallazgo es de especial relevancia, ya que evidencia en primer lugar la migración transatlántica de las tortugas bobas, que pueden entrar en el Mediterráneo a través de Gibraltar; en segundo, lo vulnerables que son estas especies a diferentes amenazas de origen humano, entre las que destacan la interacción con pesquerías y la contaminación marina (como la reciente marea negra en el Golfo de México); y por último, permite tomar conciencia de que el estado de conservación a nivel local puede tener repercusión a nivel global.