María Isabel Sotoca nacida en Aranjuez, Madrid, tiene una estrecha relación con la ciudad de Torrevieja desde que pasara sus veraneos aquí a partir de 1950 cuando todavía era una niña. En los años ochenta, habiéndo oído hablar de la figura del Maestro, llegó a conocerlo personalmente en una visita realizada a su casa. A partir de ése momento se empezó a forjar una relación artística y , como muestra de ello, se llegaron a grabar innumerables piezas que hoy conserva como joyas preciadas.
El acto , presentado por Franciso José Manresa (Jefe de Estudios del Conservatorio Municipal de Torrevieja) quien destacaba la buena calidad artística y sonora de las audiciones que se pudieron disfrutar en el Palacio de la Música.
La figura y el recuerdo de Ricardo Lafuente revisados a través de los ojos de María Isabel Sotoca como ponente y de los sobrinos del maestro de la habanera que asistieron a la conferencia visiblemente emocionados.
Una charla llena de recuerdos que nos han trasladado hasta el momento donde Sotoca y Lafuente se conocieron. Sotoca, ya casada y conocedora de la obra de Ricardo, siente la curisidad de encontrarse personalmente con el maestro para preguntar por la partitura de la obra “A la orilla del palmar” del maestro Ponce. El maestro desconoce la partitura pero, haciendo halago de su carácter afable, quiere conocer la obra y se ofrece a acompañar a Sotoca al piano
Esta no fue la única colaboración que ambos cerraron.Su segunda colaboración se forjó en "Cuando muere la plácida tarde". A partir de ése momento se sucedieron varias grabaciones de habaneras como “Una negrita” o “Toma esta flor” donde se puede apreciar cómo el piano de Ricardo Lafuente acompaña de manera soberbia la voz de Sotoca, como bien ella destacaba en la conferencia.
Después llegaría la grabación “Nunca te olvidaré”, o el “Ave maría” estrenado en la primigenia Iglesia de la Inmaculada y después “Vente conmigo a la pampa”. Después harían un sinfín de colaboraciones, hasta llegar a su no tan conocido poema lírico "Cuenca" estrenado en la misma ciudad por Sotoca y Lafuente en 1982.
Sotoca, al igual que muchos que conocieron al maestro, coinde en destacar algunas de las cualidades de Lafuente como han sido su bondad y sencillez:
Sin duda, además de su obra, uno de los más preciados tesoros que ha tenido el mentor de la habanera y que tántos han insistido en destacar. Un bien preciado que permanecerá en el recuerdo de muchos a igual que su música.